Los meniscos son estructuras clave en la rodilla que actúan como amortiguadores y estabilizadores. Una rotura de meniscos ocurre cuando este cartílago en forma de media luna se lesiona, ya sea por un movimiento brusco, como un giro repentino, o por degeneración natural debido a la edad.
Existen diferentes tipos de rotura meniscal, como las longitudinales, en asa de balde, radiales y complejas. Los síntomas más comunes incluyen dolor en la rodilla, hinchazón, rigidez, dificultad para extender la pierna y, en algunos casos, sensación de bloqueo articular.
Cuando se diagnostica una rotura de meniscos mediante exploración clínica y resonancia magnética, surge una pregunta clave:
¿Siempre es necesaria la cirugía en una rotura de meniscos?
Tratamiento conservador: ¿se puede recuperar un menisco sin cirugía?
En muchas roturas menores o degenerativas, la cirugía puede no ser necesaria. Un programa de fisioterapia adecuado puede fortalecer los músculos que rodean la rodilla y aliviar los síntomas. Este enfoque es ideal para pacientes con roturas pequeñas, sin bloqueo articular y para quienes no realizan actividades de alto impacto.
Cirugía artroscópica: ¿Cuándo la cirugía es la mejor opción?
Se indica cuando hay dolor persistente, bloqueo articular o inestabilidad. Durante la artroscopia, el cirujano puede realizar dos procedimientos:
- Meniscectomía parcial. Se retira la parte dañada del menisco cuando no es posible su reparación. Este procedimiento es más común en lesiones en la parte interna del menisco, donde la irrigación sanguínea es limitada.
- Reparación meniscal, que busca preservar el menisco, especialmente en pacientes jóvenes o deportistas. Este procedimiento es más efectivo cuando la lesión está en la zona periférica del menisco, donde hay mejor circulación sanguínea.
La decisión de operar depende de factores como la edad, el nivel de actividad y la ubicación de la rotura. Preservar el menisco siempre que sea posible es importante, ya que su pérdida puede aumentar el riesgo de artrosis en el futuro.
Conclusión y recomendaciones
El manejo temprano y un plan adecuado pueden marcar la diferencia en la calidad de vida del paciente. Si experimentas dolor persistente en la rodilla, lo mejor es acudir a un especialista para evaluar el mejor tratamiento según tu caso.