• Un cirujano con bata azul, del que solo se ve medio torso sujeta con su mano izquierda la pierna de un paciente por la parte central de la espinilla sobre una camilla con sábana blanca. Está revisando la rodilla.

¿Se puede volver a romper el ligamento cruzado anterior una vez operado?

Sí, es posible que se vuelva a romper el Ligamento Cruzado Anterior (LCA) después de una cirugía de reconstrucción. Aunque la cirugía de reconstrucción del LCA es un procedimiento efectivo para restaurar la estabilidad de la rodilla en la mayoría de los casos, no garantiza una protección absoluta contra lesiones futuras.

Por ejemplo, la tasa de reruptura de la plastia del Ligamento Cruzado Anterior en jugadores de balonmano es del 13% (sube a un 30% en pacientes con recurvatum, menores de 25 años, pivot-shift explosivos). Todo un reto quirúrgico y rehabilitador que ya da sus frutos.

Factores de riesgo.

Varios factores pueden contribuir a la posibilidad de una nueva lesión del LCA después de la cirugía, incluyendo:

  1. Actividad física y deportes: el regreso a actividades físicas o deportes de alto impacto demasiado pronto o sin un programa adecuado de rehabilitación y fortalecimiento de los músculos puede aumentar el riesgo de una nueva lesión del LCA.
  2. Mecanismos de lesión repetida: si la causa subyacente de la lesión inicial del LCA, como un movimiento de giro o cambio de dirección repentino, se repite, existe la posibilidad de una nueva ruptura del ligamento.
  3. Debilidad muscular o desequilibrio: la falta de fortaleza o un desequilibrio en los músculos que rodean la rodilla, especialmente los músculos del muslo (cuádriceps y isquiotibiales), puede aumentar el estrés en el LCA y predisponer a una nueva lesión.
  4. Factores anatómicos: Algunas personas pueden tener ciertos factores anatómicos que aumentan la predisposición a lesiones del LCA, como una alineación ósea inusual o una morfología de los huesos de la rodilla que ejerce una mayor tensión en el ligamento.

Es importante destacar que la rehabilitación adecuada después de la cirugía, siguiendo las recomendaciones del médico y el fisioterapeuta, es fundamental para minimizar el riesgo de una nueva lesión del LCA.

Esto implica fortalecimiento muscular, estabilidad articular, mejora del control neuromuscular y gradual reintroducción a las actividades físicas.

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