El diagnóstico.
Mercedes lleva más de dos años dando vueltas sin explicaciones a su problema. Empezó con un dolor inguinal cuando jugaba a tenis y enseguida identificó su problema. Era una lesión de cadera que su traumatólogo pudo diagnosticarle. De hecho, le diagnosticó con una simple exploración y una radiografía, una deformidad de la cadera y posiblemente un pinzamiento femoroacetabular, es decir, un pinzamiento de cadera.
A través de su traumatólogo contactó con un especialista en cirugía artroscópica de cadera y tras confirmar el diagnóstico le propuso resolverlo con una cirugía poco complicada y con rápida recuperación. Un día de estancia en el hospital, y por la noche en su casa. Rápido y sencillo. Bueno, no tan rápido.
Recuperación postoperatoria de la artroscopia de cadera.
Después de la cirugía tenía algo más que molestias. Realmente tenía dolor, aunque es cierto que con medicación de primer nivel como un antinflamatorio y un analgésico tipo paracetamol, eran molestias tolerables. Pero no era tan fácil como entendió antes de operarse.
Además, no podía hacer todo lo que quería. Esperaba aprovechar las pocas semanas que podía tomarse libres por su cirugía para hacer todos los temas pendientes que hace semanas quería cerrar. No podía andar todo lo que quería, ni pasear tranquilamente todas las mañanas, ni montar en bicicleta. Y tampoco estar mucho tiempo quieta.
Se dio cuenta que cuando su médico le dijo que tenía que seguir unas pautas de recuperación, no era una frase rutinaria. Realmente tenía que hacer esa recuperación. Y a pesar de eso una parte del dolor no se ha ido del todo. Reconoce que está mucho mejor, y además que va mejorando, pero no de una forma lineal. Hay días que se encuentra muy bien y aprieta a caminar más o hacer más actividades, pero otros sobre todo los siguientes a estar tan bien, le duele mucho y tiene miedo de que su cirugía no haya ido bien.
Factores relevantes tras la operación de cadera.
Hay dos cosas muy importantes que Mercedes debería pensar. Primero es que la cirugía de cadera, aunque la podamos realizar por cirugía poco invasiva como una artroscopia, produce molestias y dolor. Eso sí, de un grado moderado y que podemos controlar normalmente con medicación de primer nivel, como antiinflamatorios o analgésicos sencillos como el paracetamol.
Segundo es importante entender que el ritmo de recuperación no es lineal. Es como una sierra dentada, con mejoras y algún empeoramiento. En líneas generales y en cuestión de semanas, los pacientes mejoran de forma importante pero no podemos comparar días seguidos porque nos engañaríamos por el corto plazo.
Importancia de la rehabilitación y fisioterapia.
Otro tema importante es la influencia que tiene en la evolución el papel de la rehabilitación y fisioterapia. El estado de flexibilidad, tono y equilibrio de nuestros músculos y articulaciones nos ayudará a ir más rápido o más despacio en este periodo postoperatorio. Un paciente con buen estado muscular, bien entrenado evolucionará mucho más rápido que uno no entrenado.
Ritmo de recuperación.
En general, un pinzamiento que se opera nos permite caminar con ayuda de muletas o bastones al día siguiente, y en un par de semanas normalmente podemos caminar de forma normal. Podemos conducir un coche pasado esos quince días, y subir y bajar tramos de escalera con cierta facilidad.
Cuesta más la flexibilidad, el tono, la fuerza y la potencia de los músculos, que mejoran mucho a partir del 2º mes. El equilibrio y la carrera empiezan más allá de los 3 o 4 meses, dependiendo del nivel deportivo previo del paciente.
Es esencial que el paciente entienda cual será probablemente su ritmo de recuperación para no poner unas expectativas inadecuadas a su cirugía. La mejoría es en la mayor parte de casos significativa, con cambios en el dolor, la rigidez y la capacidad para realizar actividades de vida diaria, laboral y deportiva.