• Fisioterapeuta trabajando la rehabilitación de rodilla tras una lesión mediante ejercicios de movilización pasiva en un paciente tumbado.

Rehabilitación de rodilla tras una lesión: qué esperar y cómo acelerar la recuperación

La rehabilitación de rodilla tras una lesión es esencial para recuperar la funcionalidad, fortalecer la articulación y prevenir futuras lesiones. Este proceso varía según la gravedad de la lesión (esguinces, roturas de ligamentos, meniscos, etc.) y el tratamiento recibido (conservador o quirúrgico).

¿Qué esperar durante la rehabilitación de rodilla?

1. Fase inicial (control del dolor y la inflamación):

En los primeros días tras la lesión o cirugía, el objetivo principal es reducir el dolor, la hinchazón y mantener la movilidad inicial.

Se utilizan hielo, compresión, elevación de la pierna y, en algunos casos, analgésicos o antiinflamatorios.

2. Fase de movilidad

En esta fase de la rehabilitación de rodilla tras una lesión se realizan ejercicios suaves y controlados para recuperar el rango de movimiento de la rodilla. Esto incluye flexión y extensión pasiva, según las indicaciones médicas.

Es crucial evitar movimientos bruscos que puedan comprometer la recuperación.

3. Fase de fortalecimiento muscular

Una vez que la movilidad mejora, se introducen ejercicios para fortalecer los músculos que estabilizan la rodilla, como el cuádriceps, los isquiotibiales y los gemelos.

Ejercicios como contracciones isométricas, levantamientos de pierna recta y, progresivamente, actividades de bajo impacto como bicicleta estática.

4. Fase de retorno a la actividad

En esta etapa, se trabaja en la coordinación, equilibrio y fuerza funcional. Incluye ejercicios específicos para preparar la rodilla para actividades deportivas o laborales.

¿Cómo acelerar la recuperación tras una lesión de rodilla?

Durante la rehabilitación de rodilla, existen algunas recomendaciones que pueden contribuir a mejorar los resultados y favorecer una recuperación más rápida.

  1. Seguir las indicaciones del fisioterapeuta: Realizar los ejercicios prescritos regularmente y evitar sobrecargas innecesarias.
  2. Mantener una dieta equilibrada: Rica en proteínas, antioxidantes y calcio para apoyar la regeneración de tejidos.
  3. Usar ayudas temporales: Como muletas o rodilleras, si están indicadas, para proteger la articulación.
  4. Evitar el sedentarismo: El movimiento controlado favorece la circulación y la cicatrización.

Conclusión

La clave de la rehabilitación de rodilla tras una lesión está en ser constante y paciente. Una rehabilitación adecuada no solo acelera la recuperación, sino que reduce el riesgo de recaídas y asegura una rodilla más fuerte y funcional a largo plazo.

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