• Equipo médico realizando una artroscopia de rodilla en el quirófano, con instrumental y monitor de imagen asistida.

Artroscopia de rodilla: qué es y cómo puede ayudarte

La artroscopia de rodilla es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que permite diagnosticar y tratar diversas afecciones de la rodilla de manera precisa y con una recuperación más rápida en comparación con las cirugías abiertas tradicionales. Se realiza mediante pequeñas incisiones por las que se introduce una cámara (artroscopio) y herramientas quirúrgicas especializadas.

¿Cuándo se recomienda una artroscopia de rodilla?

Este procedimiento es ideal para tratar problemas como:

  1. Roturas de meniscos: Retirar o reparar el tejido dañado.
  2. Lesiones de ligamentos: Evaluar o reconstruir ligamentos como el cruzado anterior.
  3. Cuerpos extraños: Retirar fragmentos de hueso o cartílago que afectan el movimiento.
  4. Condiciones inflamatorias: Tratar sinovitis (inflamación de la membrana sinovial).
  5. Deterioro del cartílago: Diagnosticar y reparar áreas focalizadas de desgaste.
  6. Infecciones articulares: Limpiar y drenar la articulación.

¿Cómo se realiza una artroscopia de rodilla?

  1. Anestesia: Puede ser local, regional o general, según el caso.
  2. Incisiones mínimas: Se hacen pequeñas aberturas alrededor de la rodilla.
  3. Uso de la artroscopia: Una cámara transmite imágenes en alta definición de la articulación, lo que permite al cirujano identificar y tratar el problema con precisión.
  4. Finalización: Las incisiones se cierran con puntos pequeños o cinta adhesiva quirúrgica.

¿Cuánto tiempo dura?

El procedimiento dura entre 30 y 90 minutos, dependiendo de la complejidad del caso.

¿Ventajas de la artroscopia de rodilla?

  • Recuperación más rápida.
  • Menor riesgo de infección y complicaciones.
  • Cicatrices pequeñas y menos dolor postoperatorio.
Aplicación de tratamiento fisioterapéutico con radiofrecuencia en la rodilla de un paciente durante la recuperación tras artroscopia.

La fisioterapia con radiofrecuencia ayuda a reducir la inflamación y mejorar la cicatrización durante la recuperación tras una artroscopia de rodilla.

Recuperación tras una artroscopia de rodilla

La recuperación tras una artroscopia de rodilla suele ser más rápida y llevadera que con otros procedimientos quirúrgicos. Aun así, es importante seguir unas pautas específicas durante las semanas posteriores para garantizar una buena evolución y evitar recaídas.

A continuación, repasamos las fases más habituales del proceso de recuperación.

  1. Reposo inicial: Se recomienda reposo relativo y aplicación de hielo durante los primeros días.
  2. Fisioterapia temprana: Ejercicios específicos ayudan a recuperar la fuerza, movilidad y estabilidad.
  3. Regreso a actividades normales: Depende del tipo de intervención, pero suele ser más rápido que con cirugías tradicionales (2-6 semanas para actividades diarias y 3-6 meses para deportes).

Conclusión

La artroscopia de rodilla es una opción segura y efectiva para tratar muchos problemas de rodilla, pero requiere evaluación médica para determinar si es el procedimiento adecuado según tu diagnóstico.

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