• Vista de un Hematoma de Morel-Lavallée en un miembro inferior

¿Qué es un hematoma de Morel-Lavallée?

Un hematoma de Morel-Lavallée, también conocido como síndrome de Morel-Lavallée, es una lesión traumática que involucra la separación de la piel y los tejidos subyacentes de la fascia profunda debido a la ruptura de los vasos sanguíneos y linfáticos.

Esta lesión ocurre como resultado de un traumatismo contuso o compresivo, como un golpe o una fuerza de cizallamiento, que causa una disrupción en las capas de tejido.

El nombre «hematoma de Morel-Lavallée» se debe a los médicos franceses que describieron la lesión por primera vez en el siglo XIX: el cirujano Víctor-Auguste-François Morel-Lavallée y el médico Maurice Raymónd Balthazard.

Los hematomas de Morel-Lavallée se caracterizan por la formación de un espacio lleno de líquido (hematoma seroso) entre la piel y la fascia profunda. Este espacio puede contener sangre, líquido linfático y detritos celulares.

A menudo, se localiza en áreas anatómicas donde la piel y la fascia tienen una unión menos firme, como las regiones trocantéreas de la cadera, la región glútea o los muslos.

Vista de un Hematoma de Morel-Lavallée en un miembro inferior que está siendo tratado

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas comunes de un hematoma de Morel-Lavallée incluyen:

  1. Hinchazón y deformidad en el área afectada.
  2. Dolor que puede ser agudo o punzante.
  3. Equimosis (moretones) en la piel que cubre el hematoma.
  4. Sensibilidad y sensación de fluctuación al palpar el área afectada.

Vista de un Hematoma de Morel-Lavallée en un miembro inferior que está siendo tratado con una aguja

El diagnóstico.

El diagnóstico se realiza principalmente mediante la evaluación clínica y el examen físico, aunque en algunos casos pueden ser necesarios estudios de imagen, como una ecografía o resonancia magnética, para confirmar el diagnóstico y evaluar la extensión del hematoma.

Vista de un Hematoma de Morel-Lavallée en un miembro inferior que está siendo tratado con una aguja para la estracción de sangre debido a la rotura de los vasos sanguíneos y linfáticos.

¿Tratamiento de un hematoma de Morel-Lavallée?

El tratamiento del hematoma de Morel-Lavallée puede variar según la gravedad y la extensión de la lesión. En casos leves, se pueden emplear medidas conservadoras, como reposo, aplicación de compresas frías, analgésicos y vendajes compresivos.

Sin embargo, en casos más graves o cuando hay una acumulación significativa de líquido, puede ser necesario drenar el hematoma mediante procedimientos como la aspiración o la incisión y drenaje quirúrgico.

Es importante buscar atención médica si se sospecha de un hematoma de Morel-Lavallée, ya que un manejo adecuado y oportuno puede ayudar a prevenir complicaciones y promover la recuperación.

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