• Vista de una foto en blanco y negro, donde se ve un hombre desde la media espalda hasta la cabeza de espaldas a la cámara. Tiene su brazo izquierdo estirado por encima de la cabeza y el codo doblado hacia abajo pasando su antebrazo y mano por detrás de la cabeza cayendo sobre la zona del cuello. Sobre su hombro izquierdo hay unos círculos rojos concéntricos destacando la zona donde se ubican las prótesis de hombro.

Prótesis de hombro para el tratamiento de la artrosis

La artrosis glenohumeral es un proceso degenerativo progresivo en el cual la articulación del hombro sufre una pérdida de cartílago articular (el tejido que recubre los huesos que conforman las articulaciones y permite el normal funcionamiento de éstas). Está patología conlleva dolor y pérdida de movilidad por la inflamación crónica y deformidad articular que acontecen.

La artrosis puede ser altamente limitante tanto para actividades básicas de la vida diaria como para el trabajo o la actividad deportiva. No existe hoy día un tratamiento efectivo que permita una curación absoluta de la articulación. Sin embargo, en muchas ocasiones se consigue una desinflamación y aceptable función con tratamientos no quirúrgicos encaminados a parar o enlentecer la evolución de la degeneración articular. Cuando estos tratamientos (fisioterapia, infiltraciones, PRP o factores de crecimiento) no son efectivos, la alternativa quirúrgica más adecuada sería la prótesis o artroplastia de sustitución de hombro.

Prótesis de hombro.

La prótesis o artroplastia de sustitución de hombro es un procedimiento quirúrgico u operación en la que la articulación natural es sustituida por piezas artificiales fabricadas con materiales bien tolerados. Existen multitud de variantes en cuanto a la combinación de materiales y tipo de piezas a implantar. En general hablamos de hemiartroplastia cuando sólo se sustituye el componente humeral y prótesis total de hombro cuando se sustituyen los dos elementos principales de la articulación del hombro, el húmero y la cavidad glenoidea. Ésta última se subdivide entre prótesis anatómica (conserva la normal forma del hombro, con una cabeza esférica y una cavidad glenoidea cóncava) o prótesis invertida de hombro (la esfericidad se transfiere a la cavidad glenoidea y el húmero adopta la forma cóncava).

Las indicaciones de las prótesis de hombro incluyen artrosis primaria o artrosis secundaria y otros procesos: traumatismo previo o fractura, cirugía de inestabilidad, necrosis ósea avascular, artritis inflamatoria o tumoral, entre otras.

La hemiartroplastia de hombro se considera básicamente en casos de artrosis de hombro que principalmente afectan a la cabeza del húmero en pacientes jóvenes. Algunas indicaciones serían la pérdida de esfericidad de la cabeza humeral como consecuencia de un traumatismo o la necrosis ósea avascular. En estos pacientes, la hemiartroplastia supondrá una buena opción para mejorar el dolor y la función (movilidad) al recuperar la normal morfología de la cabeza del húmero, pero requerirá un control estricto durante unos años para asegurar que el componente humeral no produzca desgaste en la cavidad glenoidea natural del paciente.

¿Prótesis anatómica o prótesis invertida?

La decisión entre la prótesis anatómica o invertida radica en el estado de los tendones. Cuando existe una artrosis de hombro con un manguito rotador íntegro o aceptable (tendones internos que rodean al hombro), se prefiere una prótesis anatómica por su, en general, mayor grado de movilidad postoperatoria. Sin embargo, cuando los tendones del manguito rotador no están en buenas condiciones es preciso implantar una prótesis invertida que proporciona una mejor función o movilidad de hombro al conferir mayor importancia al músculo deltoides para realizar los movimientos.

Los resultados de la prótesis total de hombro son altamente predecibles en cuanto a la mejoría del dolor (90% de los pacientes notan una mejoría del dolor) y movilidad. La supervivencia de los implantes (ausencia de fallo o aflojamiento) está en la actualidad en una media de unos 15 años si la indicación es correcta y el paciente “cuida” su implante; con las prótesis totales de hombro, no se recomienda levantar pesos superiores a 5 kg de manera continuada. Por su lado, las hemiartroplastias presentan una reducción del dolor del 75% pero no conllevan una restricción específica razonable del peso a levantar. Por tanto, son implantes menos restrictivos, pero no aseguran un porcentaje tan alto de mejoría del dolor.

¿Existe una edad límite para la prótesis de hombro?

Existen multitud de estudios que indican que no hay una edad límite para la prótesis de hombro. Los resultados son buenos si la indicación es buena, tanto si el paciente tiene 60, 70, 80 o 90 años. Sí es cierto, que cuanto más mayor es el o la paciente, mayor es el riesgo de complicaciones médicas si el paciente presenta determinadas patologías del corazón, circulación, pulmones o riñón previos.

Algo importante a entender por parte de los pacientes e incluso los cirujanos es que la prótesis de hombro debe ser (casi) siempre la última solución terapéutica a ofrecer, puesto que es un procedimiento que ya no tiene marcha atrás. Sin embargo, también es preciso tener en mente que será la única opción fiable para muchas patologías, lo cual implica que en ocasiones deberá tomarse la decisión de recomendar una prótesis sin dudas ni remordimientos, puesto que será la única opción para mejorar de manera segura la calidad de vida de los pacientes.

Lo que es importante es que el paciente entienda bien lo que conlleva recibir una prótesis de hombro en cuanto a las restricciones que va a tener en adelante y los cuidados que los implantes precisan. Si todo se sigue de manera correcta, son procedimientos que conllevan un alto índice de satisfacción por parte de los pacientes.

  • Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología del Instituto Cugat

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