• Vista desde la parte superior de las piernas hasta el suelo de un corredor con zapatilla azules con detalles en naranja y pantalones de correr de color negro, corriendo sobre asfalto.

Me duele la ingle cuando corro

Joan lleva más de 30 años corriendo. Mucho antes de que se pusiera de moda. Antes que salieran todo tipo de deportivas y que se tuviera noción de si el calzado en pronador o supinador. Sabe las maratones que ha corrido, pero le cuesta recordar las medias que acabó y no intenta saber cuántas carreras de 10 km ha hecho. Se entrena casi a diario y cada semana recorre como mínimo 70 km. Es un corredor de toda la vida.

Por eso cuando empezó a tener dolor en la ingle y no podía seguir corriendo como siempre empezó a preocuparse. Correr es parte de él. La sensación al recorrer la carretera, notar la respiración, la adrenalina cuando queda el último tramo de la carrera, es sin duda una parte de su identidad. Si no puede correr deja de ser él. Cada día que pasa es como si se disolviera, deja de sentir una parte de sí mismo.

El deporte es altamente adictivo. Hay profesionales que descubrieron que tenían ciertas habilidades para correr, o jugar al fútbol y lo convirtieron en una profesión. Pero muchas personas sin llegar a ganar dinero con el deporte, más bien invierten en él, se pueden pasar muchas horas a la semana practicando. Trabajan horas, pero su yo real, su momento de relax mental lo pasan cuando hacen su deporte favorito. Correr es de los más frecuentes.

Diagnósticos del dolor de ingle al correr.

Cuando aparece dolor en la ingle en deportistas de más de 40 años y tiene claramente una relación mecánica, es decir, duele cuando corren o fuerzan la cadera, lo primero que pensamos es que pueda tener un desgaste de su articulación. La pérdida de cartílago y el avance de la artrosis es lo más frecuente que nos encontramos en estas caderas.

Pero, aunque tengamos cierto desgaste, o lesiones de cartílago, no estamos condenados a dejar de correr. Todo el mundo tenemos desgaste de nuestras articulaciones. La edad es el principal factor. A medida que cumplimos maravillosos años, nuestras células se reproducen con más dificultad y tienen menos calidad. Es el envejecimiento. Esto afecta a muchos aspectos de la vida. La capacidad que tiene un corredor para recuperarse de una carrera cuando tiene 20 o 50 años no es la misma. Con edades jóvenes pueden realizarse sobresfuerzos como enlazar varias carreras seguidas de distancias más largas o de ritmos más intensos casi sin problemas. El mismo esfuerzo a más edad o es imposible o trae unas consecuencias dolorosas en forma de lesión.

Hay corredores que consultan y evaluamos porque han tenido dolor. Tienen un cierto grado de artrosis y a pesar de ello pueden seguir corriendo. No es incompatible, pero debe mantenerse cierta prudencia. Cuando la artrosis es aparente y nos empieza a dar problemas es momento de regular la actividad. No se puede correr si medida y realizar todo tipo de carreras y retos mayores. No tiene sentido querer mejorar los tiempos de carrera de forma indefinida. Fijémonos en los jugadores profesionales de fútbol. A medida que entrar en la década de los 30 años se van retirando progresivamente porque no pueden mantener los niveles tan altos de físico que muestran sus adversarios o compañeros de 20.

Artrosis de cadera.

La artrosis de cadera produce un adelgazamiento del cartílago. En realidad, el cartílago va perdiendo calidad, se va fragmentando y como la cáscara de un huevo duro, se cuartera y los fragmentos se van triturando por efecto del movimiento de la articulación. Aunque el cartílago, la parte que cubre el hueso, no tenga sensibilidad, el hueso que está debajo, el hueso subcondral, sí la tiene. Y cuando el cartílago va desapareciendo, se elimina el efecto almohadilla, este hueso recibe una mayor carga de trabajo. Su respuesta es dar dolor y hacerse más duro. Como si saliera un callo en las manos de tanto trabajar. Las células donde nace el cartílago están en este hueso, en la base del cartílago, en el hueso subcondral. Pero si se hace más duro, no deja que progresen estas células y la zona se queda definitivamente sin ningún cartílago. Es lo que llamamos artrosis.

Este proceso que se produce de forma natural al cumplir años puede acelerarse cuando existen elementos que inflaman el área o la dañan directamente. Correr o hacer deporte no está directamente relacionado con más artrosis. Sí lo está lesionarse. Es decir, a más horas de deporte es más fácil lesionarse porque estás expuesto más tiempo. Y si te lesionas más hace que aceleres tu desgaste de la articulación.

Si te duele la ingle al correr, y no baja la intensidad durante semanas, es muy probable que tengas un problema de la articulación. Un estudio con radiografías e incluso con resonancia magnética puede perfilar bien el grado de lesión y se pueden buscar estrategias de tratamiento.

Dejar de correr no es la primera opción. Es la más fácil para mucha gente que no quiere ver su problema. Pero no es más que esconder la cabeza. Si duele al correr y hay una artrosis que da problemas a la actividad es muy probable que siga avanzando y aunque dejes de hacer deporte en un corto espacio de tiempo te de problemas al entrar o salir del coche, al darte la vuelta en la cama o te cueste atarte los cordones de los zapatos.

  • Especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica del Instituto Cugat

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