• Imagen dibujada de una persona corriendo. Se ve desde casi los pies hasta la parte del tronco. En la zona del glúteo derecho aparece marcada en círculos rojos la zona de la cadera mostrando que existe dolor.

Me duele la cadera al hacer deporte

Suele ser delgado, fibroso y sobre todo está nervioso. Hace varias semanas, incluso un par o tres de meses que no puede hacer su actividad física habitual. Correr, jugar al fútbol o al tenis se han convertido en parte de su ser. Jugar, la actividad que realiza es parte de su identidad y no poder realizarlo es perder su yo. Ya no son ellos mismos y esa situación además del dolor físico les genera una presión psicológica. Les cambia el humor, e incluso llegan a admitir que necesitan esa actividad para vivir.

Ese es el pensamiento de muchos pacientes que son deportistas habituales y tienen una lesión en su cadera. La mayoría no llegan a ser profesionales y han llegado a oír comentarios como “deja de hacer deporte” o “cambia de actividad”. Es cierto que un cambio de actividad, de intensidad les disminuye el dolor. El que tiene dolor al jugar al fútbol y solamente nada o hace bicicleta tiene menos molestias, pero esa otra actividad no le llena igual. Algunas veces se adaptan bien al nuevo deporte, pero al cabo de un tiempo el dolor vuelve a aparecer.

El dolor de cadera en deportes que realizan movimientos de giro, como los deportes contra un contrario directo, donde hay regates, o contacto físico directo, como fútbol, baloncesto, balonmano, hockey, artes marciales, o alta demanda de movilidad, como la gimnasia rítmica, danza, o ciclismo de competición, suelen ser originados por problemas de la articulación.

Posibles causas.

En la articulación las estructuras que suelen dar problemas son dos. La más peligrosa es la lesión del cartílago que cubre la cabeza del fémur y la copa de la pelvis, es decir el cartílago de la articulación. Si se daña puede evolucionar hacia una artrosis. En deportistas con dolor de años de evolución, al final de su carrera deportiva o no, podemos encontrar lesiones de diferentes grados y ser origen de finales de vidas profesionales precoces.

Vista del tronco de una chica deportista con pantalón deportivo verde y top verde tocándose con su mano izquierda la cadera izquierda. En esa zona se ven unos círculos concéntricos rojos indicando dolor en la cadera cuando hace deporte.

En otras muchas ocasiones los pacientes no tienen lesiones de cartílago y las radiografías no muestran nada grave. Pero estudios más profundos nos muestran lesiones más pequeñas que pueden ser origen de problemas más graves. El labrum o rodete acetabular en un tejido que participa en la articulación y su rotura suele ser producto de un traumatismo repetido, llevando a una lesión más grave porque este labrum rompe a su vez el cartílago de la cadera. El labrum queda atrapado en ocasiones porque la forma de la cadera, los huesos del fémur y la pelvis son más grandes, y al realizar el giro, atrapan y pellizcan ese labrum de una forma repetitiva hasta que lo rompen. Es como una bisagra en la que entra una piedra en el mecanismo y el movimiento repetido llega a romper el sistema.

La mayor parte de deportistas con dolor de cadera se diagnostican de pinzamiento femoroacetabular y lesión del labrum. Es una lesión que también se produce en pacientes no deportistas. La diferencia más importante es que las personas que usan su articulación más veces y para movimientos más extremos, generan dolor mucho antes y por eso en deportistas diagnosticamos de una forma más precoz estas lesiones.

Si una joven de 15 años lleva 10 años realizando movimientos extremos porque realiza gimnasia rítmica y tiene una pequeña deformidad que le produce un pinzamiento, es más frecuente que empiece a tener una pequeña lesión del labrum y éste se inflame, de dolor y acude al especialista en fases tempranas. Si esta misma joven no realizara ese movimiento repetido es muy probable que esa misma lesión le diera problemas muchos años más tarde, cuando con 30 o 40 años llevase 20 años jugando a tenis o clases de spinning en su gimnasio.

La gravedad de la lesión tiene mucho más que ver con el tiempo de evolución que con la edad. De hecho, los pacientes más jóvenes que son diagnosticados suelen tener menos grado de lesión, se recuperan mejor y más rápido y les quedan menos secuelas.

Siguiendo estas líneas, el no hacer nada, el dejar de hacer deporte, aunque pueda parecer una solución a corto plazo, puede ser peligroso si dejamos que una lesión de la articulación siga su proceso natural. Esta evolución habitual puede llevar a un desgaste precoz de la articulación y convertir esa cadera en artrósica a una edad muy temprana.

  • Especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica del Instituto Cugat

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