• Imagen dibujada de la parte central del tronco donde la zona de la ingle aparece marcada en círculos rojos para resaltar que existe dolor en la ingle.

Dolor en la ingle

Doctor: me duele la ingle.

José Antonio viene equipado a mi consulta. Clara y concisamente me explica que tiene dolor en la ingle, es un pinzamiento de su cadera y el labrum está roto. Me pide que ponga fecha para operarle. Os diré como acaba al final.

Hace un tiempo que te duele la ingle cuando te sientas en un lugar bajo, como una butaca, conduciendo el coche o te cuesta mucho subirte a la moto, o incluso llegas a despertarte durante la noche al darte la vuelta en la cama. Ponerte los calcetines o atarte los zapatos se ha convertido en un proceso difícil y que te exige posturas forzadas. Cortarte las uñas de los pies hace más tiempo que ya no lo intentas y le pides a alguien que lo haga.

Si encuentras que estas situaciones son familiares es muy posible que tengas un pinzamiento de tu cadera. Al hacer girar tu articulación, los huesos que componen esta articulación cierran un espacio más de lo que deberían y atrapan las partes blandas, el tejido que debe amortiguar esa estructura. El resultado es que al pinzarlo duele y ese dolor es cada vez más intenso.

Diagnóstico de este dolor en la ingle.

La buena noticia es que la exploración es rápida y fácil de detectar por los especialistas de cadera. La mala es que en muchas ocasiones la solución pasa por el quirófano. Un pinzamiento es un problema mecánico y como tal necesita una solución mecánica. En la mayoría de los casos tenemos que realizar una cirugía que corrija tanto la rotura del tejido blando como la forma de los huesos que provocan el pinzamiento. Como la mayor parte de casos son en sus fases iniciales, la solución quirúrgica suele ser poco invasiva y mediante artroscopia, con 3 o 4 orificios de un centímetro de diámetro puede llegar a corregirse.

Manifestar dolor en la ingle es una entrada frecuente en nuestras consultas. En pacientes jóvenes suele tratarse de un pinzamiento mientras que en pacientes mayores ese pinzamiento seguramente ha evolucionado a una artrosis de cadera con una solución más agresiva. El por qué aparece y cómo evoluciona lo hablaremos en otro artículo.

Tratamiento.

Volvamos a nuestro paciente. Deportista, corredor, horas de gimnasio, notó una limitación progresiva de su cadera al principio en actividades como el fútbol y últimamente en sus clases de spinning. El motivo de consulta fue cuando no podía correr más de media hora sin aparecer dolor.

Tenía razón. En la exploración detectamos un pinzamiento de su cadera y una rotura de labrum. La historia acabó bien. Pudimos realizarle una artroscopia, coserle el labrum y rebajarle el hueso para que no volviera a pinzarse. Tras varios meses de recuperación, volvió a sus clases del gimnasio, a sus carreras de 10 km y sus partidos de futbol sala.

  • Especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica del Instituto Cugat

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