• Radiografía de las rodillas antes de la operación. Una radiografía donde se ve la rodilla afectada del paciente por una artrosis.

Artrosis de rodilla: nuestro enfoque terapéutico

Cuando un/una paciente acude a nuestra consulta aquejando dolor de rodilla, si éste es debido a un proceso articular degenerativo, primero y tras la anamnesis y la exploración clínica, valoramos el grado de actividad previa y las expectativas que deposita el paciente en el resultado del tratamiento.

Tras las pruebas complementarias necesarias (radiografías simples, radiografías en carga, resonancias, etc), siempre que sea posible empezamos con tratamiento conservador siguiendo nuestro principio del taburete de las 4 patas:

  1. Dieta y control del peso (en caso de existir sobrepeso) y evitar el manejo de cargas.
  2. Adaptación de plantillas correctoras (valguizantes del talón en el caso de genu varo y varizantes si existe genu valgo).
  3. Ejercicios de fortalecimiento cuadricipital, adaptando el ejercicio a la situación personal del/de la paciente, mirando siempre de no perjudicar la columna.
  4. Tratamiento biológico mediando la infiltración de plasma autólogo rico en factores de crecimiento.

A menudo el tratamiento conservador surte efecto y no es necesaria la cirugía.

Si el resultado obtenido no es satisfactorio para el paciente y siempre que la flexión de la rodilla alcance un mínimo de 110º, le planteamos una artroscopia de revisión/limpieza de los detritus meniscales y cartilaginosos de la zona dañada y también para cerciorarnos de que la zona presuntamente sana que pretendemos sobrecargar va aceptar el esfuerzo que le vamos a pedir.

Así si el desgaste femoro tibial es severo y moderado el femoro rotuliano, practicaremos a continuación de la artroscopia de revisión/limpieza:

  1. una osteotomía tibial alta valguizante de adición medial o de sustracción lateral (dependiendo de que la extremidad a operar sea más corta o más larga que la contralateral) en los casos de desgaste femoro tibial interno.
  2. una osteotomía femoral baja de sustracción interna o de adición externa (a veces combinada con la osteotomía tibial) en los casos de desgaste femoro tibial externo.

En estos casos también solemos asociar la infiltración de plasma autólogo rico en factores de crecimiento.

Creemos que en la práctica diaria del cirujano ortopédico debe considerarse más la alternativa conservadora y la posibilidad de tratamiento de la artrosis de rodilla mediante la osteotomía correctora.

Que entre el reposo y el abandono de las actividades que nos son habituales y la prótesis de rodilla caben estos dos tratamientos.

Debemos recordar que tras una osteotomía correctora siempre puede realizarse una prótesis, no al revés. Después de una prótesis sólo cabe una reprótesis de resultado siempre más pobre que la primera.

Radiografías

Radiografía de la rodilla derecha donde se ve la rodilla afectada del paciente por la artrosis antes de la operación.

Radiografía de la rodilla donde se ve la rodilla afectada del paciente por la artrosis antes de la operación.

Radiografía de la rodilla justo el día después de llevar a cabo la operación.

Radiografía de la rodilla justo el día después de llevar a cabo la operación.

Radiografía de la rodilla seis semanas después de llevar a cabo la operación.

Radiografía de la rodilla seis semanas después de llevar a cabo la operación.

Radiografía de la rodilla dos años después de llevar a cabo la operación.

Radiografía de la rodilla dos años después de llevar a cabo la operación.

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