• Mujer de espaldas con ropa deportiva señalando dolor en el hombro izquierdo, zona afectada por la rotura del manguito rotador.

Rotura del manguito rotador del hombro

El manguito rotador está formado por una serie de músculos y tendones –el supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y subescapular– que rodean la articulación del hombro. Estos elementos son fundamentales para mantener la estabilidad, movilidad y fuerza del hombro.

Causas y tipos de rotura del manguito rotador del hombro

Las causas por las cuales se produce la rotura de los tendones del manguito rotador se basan en la suma de mecanismos extrínsecos (generalmente prominencias óseas) que pueden pinzar los tendones, e intrínsecos por la degeneración del tendón.

Además, la rotura del manguito puede tener un desencadenante traumático evidente (único o repetido) en más del 50% de los pacientes.

Existen dos grandes categorías en las roturas del manguito rotador:

  1. Lesiones parciales: Se produce un daño que afecta únicamente a parte del grosor total del tendón.
  2. Lesiones completas: El tendón se rompe en su totalidad, lo que interrumpe la transmisión de la fuerza del músculo al hueso.
Médico señalando un modelo anatómico del hombro con los tendones del manguito rotador

El especialista muestra en un modelo anatómico la localización de los tendones del manguito rotador, clave para entender el origen de las lesiones.

Síntomas y diagnóstico de la rotura del manguito rotador

Los pacientes con roturas del manguito rotador suelen presentar dolor localizado en la región lateral o superior del hombro, especialmente durante movimientos por encima de la cabeza o al intentar levantar objetos.

En muchos casos, el dolor se intensifica durante la noche y puede limitar la movilidad activa, aunque la movilidad pasiva suele mantenerse.

El diagnóstico se fundamenta en la historia clínica y en el examen físico, en el que maniobras específicas para cada tendón ayudan a identificar el lugar de la lesión.

La ecografía y la resonancia magnética son los estudios de imagen de elección para determinar la localización y extensión del daño tendinoso y evaluar el estado muscular asociado

Opciones de tratamiento para las roturas del manguito rotador

El tratamiento de las roturas del manguito rotador varía según la gravedad de la lesión y las características del paciente. A continuación, se detallan las opciones terapéuticas disponibles para abordar tanto las lesiones parciales como las completas.

Tratamiento en Lesiones Parciales

La mayoría de las lesiones parciales se abordan inicialmente con un enfoque conservador. La fisioterapia dirigida a mejorar la movilidad, reducir el dolor y fortalecer la musculatura periescapular (musculatura del hombro y la escápula) es esencial.

En estos pacientes también se recomienda la aplicación de terapias biológicas, como infiltraciones intratendinosas de factores de crecimiento (PRP o PRGF), realizadas bajo control ecográfico, consiguiendo así potenciar la cicatrización del tendón y, en muchos casos, pudiendo evitar la necesidad de una intervención quirúrgica.

Profesional médico preparando plasma rico en plaquetas para tratamiento de rotura del manguito rotador del hombro.

El plasma rico en plaquetas (PRP), preparado en laboratorio, es una de las terapias biológicas utilizadas para favorecer la cicatrización en roturas parciales del manguito rotador.

Tratamiento en lesiones completas

Cuando se presenta una rotura completa, el tendón se desconecta totalmente de su inserción y es más probable que con el tiempo esto conlleve cambios degenerativos en el músculo, como atrofia o infiltración grasa. Por dicho motivo se tiende a ser más agresivo con las roturas completas, ya que mediante la cirugía podremos evitar que el tendón roto se retraiga y aparezcan los fenómenos de atrofia y degeneración del musculo, lo que imposibilitaría la reparación del mismo.

Mediante la cirugía artroscópica de reparación del manguito rotador podremos volver a fijar el tendón a su inserción en el hueso mediante anclajes y suturas de alta resistencia, favoreciendo la cicatrización del tejido reparado junto con la aplicación de factores de crecimiento.

Posteriormente, se establece un programa posoperatorio con inmovilización inicial durante 2-3 semanas, seguido de rehabilitación progresiva durante 3 a 6 meses, para recuperar de forma óptima el rango de movimiento y la fuerza.

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