Dolor ciático de origen glúteo
¿Qué es la ciatalgia?
La ciatalgia, comúnmente conocida como ciática, es el dolor que se irradia a lo largo del nervio ciático, el nervio más largo del cuerpo humano, que se extiende desde la parte baja de la espalda hasta las piernas. Existen diversas causas para este tipo de dolor, que puede ser debilitante y afectar significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen. En este artículo, nos centraremos en una forma específica de ciatalgia: el dolor ciático de origen glúteo.
Diferencias entre la ciatalgia común y el dolor ciático de origen glúteo.
El dolor ciático de origen glúteo es uno de esos dolores que quedan ocultos. A diferencia de la ciatalgia común que suele ser causada por hernias discales o problemas en la columna lumbar, el dolor ciático de origen glúteo se manifiesta debido a la compresión del nervio ciático en la zona del glúteo, especialmente cuando el paciente está sentado.
Algunos pacientes acuden a nosotros remitidos por compañeros médicos tanto de la misma como de especialidades diferentes. Los neurocirujanos operan muchas de las lesiones que aparecen en la columna que llegan a lesionar tanto la zona donde se sitúa la médula espinal como las ramas nerviosas que salen hacia los brazos y las piernas. Los que salen hacia las piernas, en especial las ramas que forman el ciático son de las zonas más veces tratadas tanto con cirugía como sin ella.
Pero no siempre una cirugía de espalda resuelve todos los problemas de esta área. Y sobre todo una cirugía o una patología no vacuna ni previene tener otras. Es bastante común que estudiando un problema nos demos cuenta de que el paciente tiene otro paralelo que posiblemente diera algunos de los síntomas o quedaran ocultos tras otros síntomas mayores.
El dolor ciático de origen glúteo es uno de esos dolores que quedan ocultos. Se parece porque afecta el mismo nervio que la típica ciática producida por una irritación o una hernia discal en la zona lumbar. Aparece de forma predominante cuando nos sentamos, sobre todo en una superficie dura. Es muy típico que en la misma consulta el paciente no quiera tomar asiento, esté de pie o si lo hace ponga una mano debajo de su pierna para levantar una de sus nalgas. Nos explica que es difícil conducir durante un rato prolongado porque se le duerme o duele la pierna.
Diagnóstico del dolor ciático de origen glúteo.
El desafío principal en estos casos es que, durante la exploración física, es común no encontrar señales evidentes de un problema. La mayoría de los pacientes no muestran alteraciones visibles en la espalda ni limitaciones en el movimiento de las piernas, lo que sugiere que las articulaciones están en buen estado. Además, las pruebas de imagen, como radiografías o resonancias magnéticas, generalmente no revelan ninguna anomalía. Sin embargo, esto no significa que el dolor no sea real; los síntomas del paciente son cruciales para el diagnóstico, ya que pueden indicar la presencia de dolor ciático de origen glúteo incluso en ausencia de hallazgos claros en las pruebas.
Es decir, tenemos pocas evidencias de lo que sucede con el paciente, pero él o ella sí tienen un dolor. Esta ausencia de algo que nos ayude a diagnosticar se vive con gran angustia: «Con lo que a mí me duele y nadie consigue saber lo que tengo. ¿Tendré que convivir con este dolor para siempre?»
Pensamientos de este tipo son recurrentes y generan gran angustia en los pacientes que ven pasar el tiempo, no mejoran, tienen dolor cada vez que se sientan y nadie les orienta para ver qué pueden hacer. Por eso, cuando les dicen que vengan a verme, tienen ese brillo en los ojos del que tiene esperanza de encontrar a alguien que le ayude a curarse.
Tratamientos y recuperación del dolor ciático de origen glúteo.
Cuando los exploramos, buscamos un punto en la raíz del muslo, justo debajo del piramidal que suele reproducir muy bien el dolor de compresión del ciático. Es de aquellas veces que una reproducción de una zona dolorosa alegra mucho a un paciente. El tono de voz del paciente al decir «¡Ese es el dolor!» es inconfundible. Ver exactamente el dolor que lo martiriza y encontrar un profesional que se lo detecte le alegra porque le revela el camino para poder buscar una solución.
Esta suele ser la parte más fácil. Si tenemos una sospecha de que el paciente tiene este problema no es difícil encontrar el punto donde el nervio suele quedarse atrapado. El problema mayor es resolverlo. Muchas de las veces el paciente viene de todo un rosario de intentos de resolverlo. Sesiones de fisioterapia, punciones o infiltraciones son los pasos más frecuentes que todos los pacientes así han realizado sin demasiado éxito. Suelen también llevar mucho tiempo así.
Los pocos pacientes que llevan algunas semanas también aconsejamos por lo menos algunas sesiones de fisioterapia. Esto es porque el dolor en la zona baja del glúteo, un dolor profundo, se puede dar por una sobrecarga muscular tanto de la zona del glúteo como de los músculos que están detrás del muslo, los isquiotibiales. Una sobrecarga, una falta de elasticidad puede generar cierta irritación sobre el nervio o tensión en la zona donde nacen estos músculos. Trabajar la zona con elasticidad puede reducir las molestias cuando llevan poco tiempo, pero si la evolución es de meses, raramente mejoran.
Cuando el dolor ciático de origen glúteo persiste y no mejora con tratamientos no quirúrgicos, como la fisioterapia o las infiltraciones, la cirugía se convierte en una opción a considerar. La decisión de operar no se toma a la ligera; es el resultado de un proceso cuidadoso de evaluación médica. Comenzamos recopilando la historia clínica del paciente y realizando preguntas detalladas para entender mejor sus síntomas. A partir de esta información, desarrollamos una lista de posibles diagnósticos, conocida como diagnóstico diferencial. Luego, llevamos a cabo un examen físico para ver si los síntomas del paciente coinciden con nuestras sospechas. En algunos casos, utilizamos pruebas complementarias, como radiografías o resonancias magnéticas, para obtener una visión más completa de la situación. Sin embargo, estas pruebas no son la base del diagnóstico; simplemente ayudan a confirmarlo o a evaluar el grado de lesión. La experiencia clínica es fundamental para decidir si la cirugía es el mejor curso de acción.
Aunque algunas pruebas diagnósticas, como las radiografías o las resonancias magnéticas, pueden no mostrar problemas evidentes, la clave está en la evaluación clínica detallada y la experiencia del médico. En medicina, es habitual trabajar con un grado de incertidumbre porque no todas las patologías se detectan fácilmente mediante pruebas de imagen.
Lo importante es combinar el conocimiento clínico con la evaluación de riesgos para tomar la mejor decisión posible. En el Instituto Cugat, valoramos la importancia de escuchar al paciente y utilizar nuestra experiencia para identificar la causa del dolor, incluso cuando no es evidente en las pruebas. Nuestro objetivo es ofrecerle un plan de tratamiento personalizado que se adapte a sus necesidades y le proporcione alivio.
Por eso para nosotros es esencial ver muchos pacientes y explicar al resto de comunidad de médicos estas experiencias en cursos o congresos, enseñando elementos que nos ayudan a diagnosticar y ayudar al resto de compañeros que estos pasos sean más sencillos.
Recuperación tras la cirugía.
La cirugía del síndrome doloroso del glúteo profundo se basa en liberar el nervio ciático de los tejidos que al sentarnos lo atrapan y se asocia una sección parcial del sitio donde nacen los músculos isquiotibiales. Este proceso se suele realizar con métodos poco invasivos mediante endoscopia, con cánulas y aparatos artroscópicos.
El problema mayor de esta cirugía es que tiene una recuperación muy lenta. Tenemos que realizar una recuperación progresiva con tono de la musculatura, elasticidad habitualmente en pacientes con baja musculatura que cuesta mucho tiempo crear hábitos y cambios en la estructura de sus tejidos. Es un proceso que dura meses, pero con esfuerzo y tesón mejoran de una forma radical, volviendo a realizar sus actividades de vida habitual de una forma normal.
Comprender las diferencias entre las diversas formas de ciatalgia es crucial para un diagnóstico adecuado y un tratamiento eficaz. En el Instituto Cugat, nuestros especialistas están altamente capacitados para identificar y tratar las diferentes causas del dolor ciático, proporcionando alivio a pacientes que han sufrido durante mucho tiempo sin un diagnóstico claro.
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