• Hombre joven con dolor de rodilla tras bajar unas escaleras, sentado en el suelo con expresión de molestia y gesto de incomodidad.

Dolor de rodilla: ¿Cuándo debes consultar a un especialista?

El dolor de rodilla es una molestia común que puede aparecer por diversas razones, desde actividades físicas intensas hasta el desgaste articular. Aunque algunas molestias pueden resolverse con reposo y cuidados básicos, hay señales que indican la necesidad de consultar a un especialista para evitar complicaciones mayores.

Señales de advertencia ante el dolor de rodilla

El dolor de rodilla puede tener múltiples causas, y no siempre es fácil saber cuándo requiere atención médica. Estas son las señales más comunes que indican cuándo conviene acudir a un especialista.

  1. Dolor persistente: Si el dolor persiste más allá de unos días, incluso en reposo, podría ser señal de una lesión subyacente como tendinitis, esguince o daño en el cartílago.
  2. Inflamación visible: Una rodilla hinchada o con acumulación de líquido (derrame articular) indica inflamación, que puede estar asociada a lesiones de menisco, ligamentos o artrosis.
  3. Inestabilidad o debilidad: Si sientes que la rodilla «falla», se bloquea o no puedes sostener tu peso, podría tratarse de una lesión en los ligamentos o la rótula.
  4. Movimiento limitado: Dificultad para doblar o extender completamente la rodilla puede deberse a daño estructural, como un desgarro meniscal.
  5. Dolor nocturno: El dolor que interrumpe el sueño o empeora por la noche puede ser señal de inflamación crónica, artritis o una lesión más seria.
  6. Deformidades o cambios visibles: Si notas que la rodilla se ve fuera de lugar o tiene una forma anormal tras una caída o golpe, es importante acudir de inmediato a un médico.
  7. Fiebre asociada al dolor: Puede ser señal de infección articular o sistémica, como artritis séptica.

¿Qué puede hacer un especialista en dolor de rodilla?

  1. Realizar un diagnóstico preciso mediante exploración física y pruebas de imagen, como radiografías, resonancia magnética o ecografía.
  2. Diseñar un plan de tratamiento adecuado, ya sea conservador (fisioterapia, medicamentos) o quirúrgico.
  3. Asesorar sobre prevención y cuidado, ofreciendo pautas para evitar recaídas, adaptar el ejercicio o mejorar la higiene articular.

Conclusión

Consultar a un especialista a tiempo no solo mejora el pronóstico, sino que puede evitar el progreso de problemas más graves, manteniendo tus rodillas saludables y funcionales.

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