Isabel no aguanta más. Lleva demasiado tiempo con ese dolor de cadera que no le deja caminar con normalidad. Todo el mundo le dice que cojea. Está harta de fisioterapia, infiltraciones y ella se ve peor a medida que pasan las semanas. Está claro que hay que tomar medidas más fuertes en su tratamiento, pero no quiere atiborrarse de pastillas para calmar el dolor porque su estómago le empieza a pasar factura con un ardor intermitente.
Hace algún tiempo, cuando no tenía mucho dolor, su médico le aconsejó usar unos bastones que le ayudasen a caminar un poco mejor. Durante un tiempo le funcionó bien, pero lleva una temporada que el dolor le afecta para sentarse, levantarse, las escaleras, al salir y entrar del coche, al darse la vuelta en la cama e incluso sentarse en su butaca.
Señales que indican un desgaste avanzado
Es entonces cuando su traumatólogo le dice que las opciones conservadoras han llegado a su fin. Incluso la cirugía de conservación de cadera no es una posibilidad. El grado de desgaste del cartílago de su cadera, la pérdida de espacio en la articulación o incluso su edad o el sobrepeso son elementos que no recomiendan conservar su cadera.
¿Qué implica una cirugía de prótesis de cadera?
Preparativos y riesgos de la operación
La prótesis de cadera puede ser una buena solución. A pesar del miedo que da una cirugía que recambia una articulación, la anestesia de la espalda, la pérdida de sangre o incluso el miedo al dolor son toda una serie de problemas que pueden solventarse. Como siempre, un equipo con amplia experiencia en este tipo de cirugías nos dará la cobertura para minimizar los riesgos de este tipo de procedimientos.
Materiales y funcionamiento de la prótesis
Las prótesis sustituyen la articulación con diferentes piezas que van encajadas, clavadas, atornilladas a los huesos de la cadera. Si bien tienen un desgaste por el roce que se produce cuando nos movemos, en la actualidad la principal causa de tener que cambiarlas es porque el hueso donde se aposentan se va deshaciendo.
El movimiento con el simple caminar, o si hacemos actividades más intensas, genera unas partículas que son detectadas por las células de nuestro organismo que van a depositarse entre la prótesis y el hueso vivo. Allí mueren y, al hacerlo, liberan sustancias corrosivas que van eliminando el hueso donde se ancla la prótesis. Así, con el tiempo la prótesis se empieza a movilizar y tenemos que cambiarla.
Duración y cuidados de una prótesis de cadera
¿Por qué es importante retrasar la cirugía?
El problema es que la cambiamos por otra pieza más grande para que llegue a zonas donde se conserva el hueso. Es por ello por lo que a los traumatólogos nos parece siempre más apropiado esperar el máximo tiempo posible, para ganar el máximo tiempo. A más edad tenemos menos actividad.
Factores que alargan la vida útil de una prótesis
Un buen punto de corte suele ser sobre los 70 años. A partir de esta edad, la población suele descender en sus actividades, dejan de trabajar al mismo ritmo que cuando son más jóvenes e incluso el tipo de actividades físicas suelen tener menos impacto. Esto favorece que las prótesis alarguen su vida útil y no tengan que cambiarse en periodos mayores de 30 años, siendo muy superiores a la esperanza de vida de la población.