Una de cada cien mujeres futbolistas se rompe el ligamento cruzado de rodilla

Una de cada cien mujeres futbolistas se rompe el ligamento cruzado anterior de rodilla (LCA), una incidencia que es hasta tres veces más elevada que entre los hombres que practican el mismo deporte, en un momento de auge del fútbol femenino.

Hasta tres veces más que los hombres se rompen el ligamento cruzado de rodilla las mujeres futbolistas, en concreto una de cada cien.

El Instituto Cugat ha reunido este viernes en Castelldefels (Barcelona) a traumatólogos de clubes de fútbol para analizar la creciente incidencia de esta lesión entre las mujeres profesionales, que han sufrido, entre otras, las jugadoras azulgranas Bruna Vilamala o Alèxia Putellas.

En el caso de las futbolistas vascas, han sufrido esta lesión, por ejemplo, Cecilia Marcos, jugadora de la Real Sociedad; Naroa Uriarte, central del Athletic, y años antes las entonces integrantes del Alavés Dorleta Elejalde y Vanessa Carrillo, entre muchas otras, como Irune Murua, Eztizen Merino, Cristina Pizarro, Nekane Díez, Ainhoa Álvarez, Saioa González, Alazne Gómez, Ainara Solabarrieta o Ainara Manterola.

La lesión de LCA consiste en un esguince o ruptura del ligamento que generalmente sucede durante la práctica del deporte, especialmente en cambios de sentido, quiebros y saltos. En la mayoría de los casos, la deportista tiene que someterse a una operación quirúrgica y afrontar un largo período de recuperación, que puede llegar a ser de un año.

Más propensas a sufrir esta lesión

Según los expertos, las mujeres tienen una anatomía de pelvis y de extremidades inferiores diferente a la de los hombres, lo que hace que se muevan con una mecánica más propicia para que se rompa el LCA. Además, las subidas y bajadas de hormonas por el ciclo menstrual también pueden afectar la resistencia de los tejidos musculares.

Estos elementos provocan que ellas se lesionen entre 1,5 y 3 veces más que ellos, según los datos estudiados por el instituto que dirige el doctor Ramon Cugat en el período comprendido entre 2015 y 2021, con datos de la delegación catalana de la Mutualidad de Futbolistas, en la que están inscritos los federados y federadas en Catalunya.

En 2015, las mujeres representaban el 6,45% del total de los futbolistas federados y, en cambio, ellas acumularon el 15,73% del total de lesiones de LCA.

En ese año, se lesionaron el 0,89% de las futbolistas en activo, una de cada 112 jugadoras, mientras que entre los hombres se lesionaron el 0,33% de los federados, uno de cada 300. Por lo tanto, ellas se lesionaron tres veces más que ellos.

Equilibrio tras la pandemia

Los datos han ido variando en los últimos siete años y han tendido a igualarse. Con los últimos datos de 2021, tras la recuperación del fútbol después del año más crítico de la pandemia del covid, las mujeres lesionadas eran el 0,65% del total (una de cada 150) y los hombres eran el 0,44% (uno de cada 230), lo que significa que ellas se rompieron 1,5 veces más que ellos.

Cabe destacar que esta disminución de la diferencia de la incidencia por sexos se ha producido en unos años de auge del fútbol femenino, pues las nuevas mujeres federadas en Catalunya han crecido un 62,31% entre 2015 y 2021 frente al 10,9% de aumento de los hombres, es decir, seis veces más.

Una buena preparación física y técnica es esencial para reducir el riesgo de lesiones de rodilla y esos entrenamientos han ido mejorando año tras año, gracias al crecimiento y la profesionalización del fútbol femenino.

«Por suerte, vemos que la tendencia ha cambiado y que las futbolistas cada vez tienen una preparación física mejor, lo que quiere decir que los clubes están más concienciados sobre la importancia de la preparación física y la prevención de lesiones en el fútbol femenino, aunque aún queda recorrido para mejorar», ha destacado Cugat, que además de dirigir el instituto que lleva su nombre, es presidente de la junta médica de la Mutualidad de Futbolistas.

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