La demencia persigue a los exfutbolistas: ¿Es peligroso cabacear el balón?

  • Txetxu Rojo, una leyenda del Athletic, fallecía este diciembre con una enfermedad neurodegenerativa

  • Los números no engañan. Numerosos exfutbolistas acaban desarrollando un deterioro cognitivo

  • Un neurólogo y un traumatólogo explican en NIUS el riesgo de los futbolistas por los remates continuos de cabeza o los choques con otro jugador

El día antes de Nochebuena moría Txetxu Rojo, leyenda del Athletic, a los 75 años de edad. Antes que él, en 2016, fallecía Fidel Uriarte, otro de sus míticos compañeros de equipo. Los dos tenían enfermedades neurodegenerativas. No parecen casos aislados. Muchos jugadores de fútbol, españoles y extranjeros, acaban desarrollando este tipo de patologías. Sucede con demasiado frecuencia. «No se puede ignorar su posible relación con la práctica de este deporte», confirma a NIUS Jesús Porta, Vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

«Aunque no se ha podido demostrar al 100%, pero sí que se ha visto quemuchos futbolistas que ya son mayores han desarrollado un deterioro cognitivo«, añade el experto. «Los remates de cabeza continuos o los golpesque pueden tener contra el poste o cabeza con cabeza con otro jugador les pueden producir una conmoción cerebral o pequeños traumatismos que a la larga aumentan el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas«, detalla.

«Imagínate el cerebro como una sandía», apostilla Roberto Seijas, especialista en traumatología del Instituto Ramón Cugat, «con una corteza más dura y con un interior más blando que cuando se golpea se mueve dentro porque no tiene la resistencia ni la consistencia que la corteza», indica. «Pues con el cerebro sucede lo mismo. Es como una esponja que se mueve con cada impacto dentro del cráneo, y ese movimiento, ese cizallamiento, produce una contusión o pequeñas contusiones en el tejido blando que es el cerebro», destaca.

«En el fútbol americano sí que se ha demostrado que los traumatismos craneales repetidos son un factor de riesgo importante en el desarrollo de una demencia especial que se llama encefalopatía traumática crónica (ECT)«, aclara Porta. El Journal of Medical Association publicó en 2017 un informe de la Universidad de Boston que detectaba el ECT en 110 de 111 autopsias realizadas a exjugadores.

«También está probado en el caso de los boxeadores», dice Seijas, «es lo que llamamos la demencia pugilística. «El debate está ahora en si en el fútbol europeo la relación es tan evidente».

Lo que revelan los estudios

El fútbol inglés es hasta el momento el más consciente de la trascendencia de este problema. En 2002, a los 59 años, murió Jeff Astle, una estrella de la selección inglesa que había marcado 168 goles en su carrera, la mayoría de cabeza. Su familia aseguró que además había practicado miles de veces esos goles durante los entrenamientos. Defendían que su demencia era una enfermedad laboral. Una autopsia realizada en 2014 lo confirmó. Reveló que el cerebro del delantero tenía lesiones similares a las de un boxeador. Se le diagnosticó encefalopatía traumática crónica (ETC).

A raíz del «caso Astle», el Grupo de Enfermedades Cerebrales de la Universidad de Glasgow puso en marcha un estudio científico revelador sobre el daño que ocasiona el fútbol en el cerebro de los deportistas. La investigación, que fue financiada por la Federación Inglesa (FA) y el Sindicato de jugadores ingleses (PFA), examinó los cadáveres de 7.676 jugadores escoceses nacidos entre 1900 y 1976 y los comparó con 23.058 personas con características similares. La conclusión fue alarmante: los futbolistas tienen 3,5 más de posibilidades de sufrir enfermedades neurológicas que el resto de la población. Cinco veces más de probabilidades de padecer alzheimer, cuatro veces más de sufrir esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y el doble de contraer Parkinson.

«El problema de este estudio es que compara una serie larguísima de población general con otra mucho más corta de jugadores y esto te puede dar un dato sesgado. Hay que ser muy cauto con este tipo de estudios», aclara Seijas.

«Lo ideal es hacerlo con una cohorte, un grupo de personas similar que practican fútbol y otras que no, compararlas, y hacer un seguimiento a largo plazo. Si después de 20 años vemos que hay muchos más casos en el grupo de fútbol que en el otro ya lo hemos demostrado. Es lo que están haciendo ahora en Inglaterra. Esa es la mejor manera de demostrar la relación, aparte, claro, de la anatomía patológica. Es decir, cuando en una autopsia miramos al microscopio un cerebro con demencia los hallazgos no son exactamente iguales si se trata de Alzheimer o de una encefalopatía postraumática crónica. Hay diferencias», detalla Porta.

Nuevos estudios inciden en que existe una relación. Una investigación publicada en el Reino Unido recientemente, y dirigida por investigadores de la Universidad de East Anglia, concluye que los futbolistas tienen más riesgo de padecer problemas de salud cerebral después de los 65 años que el resto de la población. Para comprobarlo, los investigadores analizaron a 145 antiguos futbolistas profesionales de distintas edades. Los mayores de 65 años mostraban los peores resultados en campos como el tiempo de reacción o funciones ejecutivas (como gestionar y controlar situaciones no rutinarias o realizar varias acciones al mismo tiempo) Esto son claramente signos precursores de una degradación de la salud cerebral», explicaba el director del estudio, el doctor Michael Grey.

Medidas preventivas en el fútbol en inglés, en España ¿cuándo?

Basándose en estos estudios, la Federación Escocesa de Fútbol (SFA en inglés) ha decidido recientemente prohibir que los futbolistas den cabezazos al balón en los entrenamientos los días anteriores y posteriores a los partidos. «Es lógico, porque el traumatismo repetido es el que genera el riesgo, aunque por desgracia hay impactos que son imposibles de prever, como que te den un cabezazo o que te pegues contra un poste», lamenta Porta.

«Pero en este sentido están ayudando las sanciones«, recuerda Seijas. «Ahora que el reglamente es más punitivo con las entradas más agresivas hemos visto que las conmociones cerebrales han descendido de forma importante y el resto de lesiones graves también. Aún es pronto para evaluarlo, habrá que ver qué sucede dentro de 40 años con los jugadores que ahora están en los campos, pero seguramente esto tenga un impacto positivo a largo plazo en la reducción de enfermedades neurodegenerativas», avanza el traumatólogo.

«También hay que tener en cuenta», añade Porta, «que ni los balones que utilizamos ahora son los mismos que se utilizaban antes – que eran mucho más pesados- y que el terreno en el que se juega tampoco es el mismo de entonces, que era mucho más húmedo. El balón no era tan impermeable como es ahora, cogía más peso y eso hacía que el impacto con la cabeza fuera mucho peor. Probablemente el riesgo era mayor en el fútbol de hace unos años que en el fútbol actual», destaca el neurólogo.

Aún así, el fútbol inglés no parece dispuesto a arriesgar y ha puesto en marcha varias medidas preventivas. Una de ellas, prohibir de manera terminante los remates de cabeza de balón en los futbolistas de menos de 12 años de edad. «Es una decisión muy acertada, sobre todo en los niños, porque su cerebro está en desarrollo y estos microtraumatismos, estos cuadros de conmoción les pueden afectar especialmente», reconoce Porta.

Adicionalmente, la SFA ha extendido una recomendación a los clubes profesionales para que limiten los ejercicios en los que se golpea el balón con la cabeza a una vez por semana. «No se trata de prohibir el fútbol o los remates de cabeza», dice el neurólogo. «Solo de actuar con coherencia según los conocimientos actuales. Si existe la duda de que puede favorecer las enfermedades neurológicas tenemos dos opciones: actuar o no actuar. Si no hacemos nada corremos el riesgo de que en el futuro haya nuevos casos de deterioro cognitivo entre futbolistas y no se lo merecen estas personas. Si actuamos con medidas razonables como las inglesas o como las que está tomando en España la federación de rugby mejor que mejor», destaca Porta.

¿Para cuándo medidas en el fútbol español? «Pronto, espero», espeta Porta. «La Sociedad Española de Neurología tiene previsto reunirse con los médicos de los equipos profesionales de fútbol para desarrollar medidas conjuntas en este sentido. Tenemos que determinar como manejar estas situaciones. La reunión será este año, probablemente antes del verano«, adelanta a NIUS el neurólogo.

Cada vez son más las voces que piden al fútbol español que no oculte esta realidad y reaccione. «El problema existe y requiere de trabajo y recursos para afrontarlo». «Eso sí», coinciden ambos expertos. «No debemos caer en el alarmismo. El deporte es sano, el deporte es muy bueno, aporta un beneficio físico, psicológico y social muy potente, y practicado a nivel amateur no conlleva este tipo de problemas», insisten. «El fútbol profesional, por las horas de dedicación y el nivel competitivo que exige, es el que provoca lesiones, que pueden ser también neurológicas, y es en eso en lo que hay que trabajar, en evitarlas», concluyen.

Fuente

WWW.NIUSDIARIO.ES

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